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Lección de Escuela Sabática
LA MAYORDOMÍA
Cristo quiere que llevemos una vida santa. Su vida ilustra la “santidad” y lo que debe ser la mayordomía por excelencia (Heb. 9:14). Debemos administrar nuestra vida de una manera que sea agradable a Dios, incluyendo la manera en que manejamos todo lo que se nos ha confiado. La mayordomía es una expresión de esa santidad.
Compara 1 Pedro 1:15 y 16 ( CB ) con Hebreos 12:14 ( CB ) . ¿Qué significa “sed santos” y “santidad”? ¿De qué forma se relaciona esto con nuestra mayordomía?
Los romanos descubrieron que una rueda de carro duraba más si se colocaba una banda de hierro alrededor de la llanta. El artesano calentaba el metal para expandirlo lo suficiente como para deslizarlo sobre el borde. El agua fría lo encogía y la banda quedaba bien ajustada. Entonces, al girar la rueda, la banda de hierro entraba en contacto con el camino.
La banda de hierro en la llanta puede representar el concepto de mayordomía.
Este es el momento de la verdad, donde nuestra vida espiritual roza con nuestra vida práctica. Cuando nuestra fe resuelve los altibajos de la vida a través de éxitos y fracasos. Es donde nuestras creencias se vuelven reales en las agitadas contiendas de la vida cotidiana. La mayordomía es el envoltorio externo de lo que somos y hacemos. Es un testigo de nuestra conducta y de una vida bien administrada. Nuestras acciones diarias que revelan a Cristo son como el hierro en la rueda que toca el camino.
Las acciones son poderosas y tenemos que controlarlas mediante nuestro compromiso con Cristo. Deberíamos vivir con esta seguridad y promesa: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13).
“La santificación del alma mediante la obra del Espíritu Santo es la implantación de la naturaleza de Cristo en la humanidad. La religión del evangelio es Cristo en la vida; un principio vivo y activo. Es la gracia de Cristo revelada en el carácter y forjada en buenas obras. Los principios del evangelio no pueden desconectarse de ninguna fase de la vida práctica. Todo aspecto de la vida y de la labor cristianas debe ser una representación de la vida de Cristo” (PVGM 316).
Observa tu vida cotidiana, tu existencia cotidiana. ¿Qué parte de ella revela la realidad de Cristo en ti, que obra en ti, haciendo de ti un nuevo ser? ¿Qué decisiones conscientes necesitas tomar para ver que su santidad se manifieste verdaderamente en tu vida?